Tres ocasiones según nos cuenta
la historia fueron las veces que el mundo griego (base de lo que luego fuere
occidente) se enfrentó al imperio persa. En ese entonces el primer y más grande
imperio a la fecha constituido amenazaba a la muy fragmentada población griega,
quienes para vencer al enemigo tenían que hacer algo nunca visto entre las
polis griegas: unirse.
Hoy a escasas horas de las
nuevas elecciones en el Ecuador, a los ecuatorianos les toca recrear una
vez más esa decisión del antiguo pueblo griego, la decisión de unirse contra el
enemigo de la civilización: el socialismo del siglo 21 y sus representantes
políticos. Pues al igual que 25 siglos atrás, hoy se enfrentan una vez más
las ideas del mundo civilizado a la barbarie socialista. ¿Pero será que estamos
exagerando?
¿Qué heredamos del mundo
occidental y por sobre todo qué es occidente?
Occidente es una idea, una
cosmovisión, una forma de interpretar al mundo y lo que contiene, una forma de
juzgar, razonar, comprender y reflexionar… una forma de entender la convivencia
que tiene sus raíces en el mundo griego, romano y judeo cristiano. Herederos de
este cúmulo extraordinario de conocimientos, cultura y tradiciones ha surgido la
civilización y en ella, el derecho, la idea de que los hombres poseen
ciertos derechos que no deben ser conculcados por mayoría o gobierno alguno, la
noción de igualdad ante la ley, el respeto al prójimo, el intercambio libre y
voluntario (comercio), y un sin número de normas, reglas, e instituciones que
con el paso del tiempo han hecho posible la vida del hombre libre.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver
esto con el socialismo del siglo 21? Empecemos por mencionar que el socialismo
es el enemigo declarado de lo anterior, la antítesis de la civilidad y el
antagonista de las ideas de occidente. Cada vez que se ha intentado llevar a la
práctica las ideas socialistas, ha surgido el horror, campos de concentración,
crisis económicas, miseria, y decenas de millones de muertos dan cuenta no solo
de su ineficacia como propuesta política, sino también de lo terrible de su
intento de puesta en práctica. No en vano, millones han huido de ahí donde se
implantó o se quiso implantar el socialismo. Alguna vez alguno dijo, “no les funcionó
ni a los alemanes”. Es socialismo es ingeniería social[1]. Solo
para refrescar un poco la memoria de aquellos que no conocen de este hecho, la
idea de campos de concentración nazis fue tomada de la revolución comunista
rusa llevada a cabo por Lenin.
Entender lo que significa
occidente no es poca cosa, defender sus logros es tarea titánica pues rara vez
se comprenden las ideas que occidente representa, y precisamente por ello, en
muchas ocasiones su defensa nos resulta difícil. En la actualidad, una vez más
nos enfrentamos al enemigo declarado de aquellas ideas, al enemigo de las
democracias liberales dentro de las cuales los individuos son el centro y actor
principal de la sociedad. Ese enemigo, a partir del foro de Sao Paulo
constituido en 1990 al año de caer el Muro de Berlín, se conoce como Socialismo
del siglo 21. Sí, el de siempre pero con nuevo traje.
Cuba, Venezuela y Nicaragua son
lamentablemente el ejemplo más cercano de lo que el socialismo logra, nosotros
en el Ecuador sencillamente no debemos permitir que este retorne, pues aunque
algunos ya no lo recuerden, el país autoritario, de innumerables casos de corrupción,
refinerías invisibles, ministros grabados con videos en casos clarísimos de
corrupción que hasta hoy con cara dura sostienen su inocencia (Pativideos) y
que fue semilla de mucho de lo que hoy vivimos en términos de inseguridad se
sembró durante el tiempo en que esta gente reinó. Hoy prófugos de la justicia
pretender buscar la impunidad retomando el control total de las instituciones
que llevan a cabo sus procesos.
Termino estas líneas contándoles
algo que años atrás viví en algunas de las varias entrevistas que tuve oportunidad
de dar para analizar lo que vivíamos en aquel tiempo en el Ecuador, me refiero
al momento en que el socialismo del siglo 21 gobernaba.
Al llegar a los medios de
comunicación lo primero que me decían era: “Joselo cuidado con lo que dices, tu
sabes que (los del gobierno) están monitoreando todo lo que decimos, nos están
escuchando, nos pueden cerrar o hacer daño, hermano dale suave”.
En un país bajo esas condiciones
no podemos, ni debemos vivir. Unámonos al igual que los griegos lo hicieron
tiempo atrás para vencer al enemigo con nuevo traje que logra siempre los más
trágicos resultados: el socialismo del siglo 21.
Pd: Si te interesa un poco el tema, al paso puedes mirar la Película "300".
Seguimos conversando,
Joselo Andrade Rada
[1] El
socialismo es un intento deliberado de llevar “al conjunto de la sociedad”
hacia un escenario al que de forma natural o no deliberada jamás se llegaría,
por la sencilla razón de que esta “doctrina” no tiene nada de natural. Se dice
que tanto el socialismo, así como otras variantes totalitarias por ejemplo en nacionalsocialismo
son ejemplos de ingeniería social, pues son un ensayo-experimento en el que por
la fuerza se obliga a un grupo humano a ser parte de algo en el que ninguna
persona participaría voluntariamente. Y siempre son una idea que se trata de
imponer por la fuerza y desde arriba.
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