En estas líneas quiero contarles una versión, creo yo poco comentada
sobre la Revolución Industrial acontecida durante el Siglo XVIII y que para
asombro de muchos cambió radicalmente la faz de la tierra desde entonces, y
para bien.
La historia de la humanidad en cierto modo ha estado marcada por la
miseria, el hambre y escasez generalizada, condición que por cierto nos ha
acompañado hasta hace relativamente poco tiempo. En el pasado las condiciones
climáticas determinaron las posibilidades de una población, es decir, si llovía
o hacía buen tiempo, los sembríos generaban las cosechas esperadas y las
poblaciones sobrevivían “otra estación más”, caso contrario, se contraían o extinguían.
Exactamente como lo leyó, la diferencia entre la vida y muerte en el pasado
pasaba por la escasez de lluvia, o el exceso de ellas, en pocas palabras,
dependíamos de lo que “en el lugar en el que vivíamos sucedía con el clima”.
Sin embargo, todo ello cambió radicalmente con el advenimiento de la
Revolución Industrial, por la aparición de un elemento en cierto modo
disruptivo, el comercio a escala global, pero sin precedentes en el pasado.
Echemos un vistazo con algo más de detenimiento.
Sin que entremos a reflexionar sobre qué o qué circunstancias generaron lo que se denominó como Revolución Industrial (hipótesis existen algunas: las institucionales tanto por el lado de la generalización del respeto a la propiedad privada, como la del cambio en el “modo de hacer las cosas”, o las tecnológicas), lo que es muy conocido es que al final del día la humanidad contó con "barcos capaces de cruzar de un lado al otro del mundo” y con ello “transportar bienes de todo tipo a través de él”. En otras palabras, “dejamos de depender del clima para alimentarnos” y pasamos a depender del comercio.
Sin que entremos a reflexionar sobre qué o qué circunstancias generaron lo que se denominó como Revolución Industrial (hipótesis existen algunas: las institucionales tanto por el lado de la generalización del respeto a la propiedad privada, como la del cambio en el “modo de hacer las cosas”, o las tecnológicas), lo que es muy conocido es que al final del día la humanidad contó con "barcos capaces de cruzar de un lado al otro del mundo” y con ello “transportar bienes de todo tipo a través de él”. En otras palabras, “dejamos de depender del clima para alimentarnos” y pasamos a depender del comercio.
Lo que dio lugar a que las sequías o inundaciones del pasado ya no
mermaran las poblaciones existentes, puesto que ahora podíamos obtener lo que
en otras regiones no afectadas por dichos fenómenos produjeran, y con ello y de
manera más radical, contásemos con el conocimiento (productos con los que no
contábamos ya sea por tecnología, tipo especial de clima, investigaciones que
ni siquiera hubiésemos imaginado, o soluciones para un mismo problema pero de
manera más eficiente o alternativa) del que carecíamos.
Con ello a partir de la Revolución Industrial de manera exponencial, la
humanidad incrementó su población de manera nunca antes vista a lo largo de
toda su historia.
Estoy seguro de que para ustedes queda mucho por decir, y para mi
también, sin embargo, dejaremos eso para otra entrada.
Un fuerte abrazo libertario,
Joselo Andrade Rada
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