Una historia que tendrá final feliz
A casi 50
años de que Garret Hardin[1]
escribiese su famosa paradoja The tragedy of the commons (traducido
usualmente como la tragedia de los [bienes] comunes) la brillante solución de Ronald
Coase[2] sigue
teniendo vigencia: A problemas de orden
público, lo mejor es asignar derechos de propiedad.
A
continuación un pequeño y anecdótico relato que ilustra una vez más que para la
mayoría de problemas a los que comúnmente nos enfrentamos, existe a pesar del
malestar de algunos una solución de
orden privado.
En la ciudad
de Guayaquil existe una intersección que dista mucho ser mi ideal de ciudad
limpia. Me refiero a la intersección de las calles Pedro Pablo Gómez y Esmeraldas.
En ella casi a diario puedes encontrar un amontonamiento de basura
extraordinario, mal olor y desechos orgánicos en descomposición. En nuestra
foto y casi contra toda probabilidad no pude retratar dicho acontecimiento
(antes de seguir no niego con esto que existen puntos o lugares de mi ciudad
con mayores problemas). Sin embargo, describir semejante suceso, hoy muy natural
para quien escribe no es el propósito de estas líneas. Lo que ahora deseo
resaltar es que semejante problema ahora
tendrá una solución efectiva, permanente y privada. Permanezcan conmigo
unas líneas más para relatar aquella historia.
Esta
esquina mis queridos lectores no
tiene dueño eh ahí el detalle, y por carecer de propietario es lógico que no tenga quien se interese
por ella. En las otras esquinas no sucede lo mismo, todos sabemos por sentido
común y experiencia que los seres humanos tenemos incentivos para cuidar lo que es nuestro, para preservar
lo que nos pertenece. Cuidamos de nuestro auto mejor que del auto de
otro, sentimos sobre todo cuando jóvenes que tenemos que arreglar nuestra habitación, más no la sala
(lugar común y con elementos de propiedad difusos). En pocas palabras, al
carecer de alguien motivado para mantener su
esquina limpia, ésta permanece sucia.
Alguno
podría enunciar, hace falta más urbanidad, seres humanos más limpios y no
discrepo. Sin embargo, yendo un poco más allá no faltará quien acuse falta de
responsabilidad municipal o de sanciones severas para alterar este natural resultado.
Pero como
economista, sólo he lamentado en silencio lo que hasta ahora no tenía solución,
conocía que ninguna disposición iba
a alterar de manera efectiva el resultado (suciedad) en ausencia de
propietarios. Sin embargo, eso ahora va a cambiar por una muy sencilla razón: ¡Están construyendo algo justo ahí en dicha esquina!
Alguien
está a punto de sufrir (en términos económicos internalizar el coste) las
manifestaciones de la suciedad, y por tanto, tomará acciones para que ello no se repita. Ejemplos abundan y ya
ustedes estarán imaginando algunos…
Mis
amigos, esta será una ilustración más de la idea de Ronald Coase que declara que la mejor manera de solucionar
problemas de orden común es asignando o definiendo derechos de propiedad.
Es el sector privado, la sociedad civil la que tiene las respuestas en sus manos,
somos nosotros dentro de un proceso descentralizado de información dispersa y
acciones quienes cambiamos al mundo. Cerrando de manera clara el tema: Las soluciones en pocas palabras no saldrán
desde un escritorio.
Les dejo
esta grata noticia y un par de fotos que muestran la otra esquina, la que sí
tiene propietario (la limpia).
Nota: Dado
que camino en muchas ocasiones por ahí, me comprometo a mostrarles la foto de
esa esquina en lo venidero.
Ahí la futura construcción y con ello la
solución efectiva que esperábamos quienes
transitamos por ahí
En esta otra toma (la otra esquina)
podemos observar la diferencia entre la que tiene propietario y la que no lo
tiene
Seguimos
conversando. Por cierto, pasen la voz…
Así es mi estimado Joselo Andrade,lo mismo sucede con las entidades públicas... Como no es mio,o como nadie reclama.. Lo seguiremos haciendo... Privatizar áreas que conllevan a un mejor servicio y por ende mejores resultados a la vista y beneficios para todos...inclusive para el estado
ResponderEliminarEL COMENTARIO ES MUY RELATIVO Y MUCHO TIENE QUE VER TAMBIÉN CON EL DESCUIDO MUNICIPAL. PRACTICAMENTE TODAS LAS MAÑANAS Y A LO LARGO DE TODO EL AÑO, HENRY DUEÑAS EN TELEVISTAZO AL AMANECER , NOS MUESTRA CLOACAS COLAPSADAS EN LAS ACERAS DE CASAS DE GENTE DE TODA CLASE SOCIAL, MUCHAS VECES CON AÑOS DE NEGLIGENCIA MUNICIPAL. ENTONCES EL PROBLEMA ES COMPARTIDO, MITAD AUTORIDAD MUNICIPAL Y MITAD DUEÑOS DE INMUEBLES.
ResponderEliminarEstimado lector, es cierto que incluso teniendo un propietario el problema a veces persiste, pero si es así es por el mismo motivo que no cuidamos un parque: "porque no es nuestro" "es un área común"... la respuesta aunque no carente de problemas sigue siendo asignar derechos de propiedad, y me atrevo a dar un paso más... generar prosperidad, cuya situación trae aparejados muchos más beneficios... entre ellos el de la limpieza.
EliminarUn saludo cordial y gracias por comentar.
Joselo
Me gusta recorrer mi ciudad podría decir que soy un curioso y contemplarla tan hermosa. Guayaquil polo de desarrollo tiene este tipo de contrastes sectores limpios y otros no tanto, y como el caso de esta esquina y muchas otras sin duda esta la responsabilidad ciudadana. Podemos fácilmente hecharle la culpa a la gestión de recolección de basura del municipio, pero la ciudadania es muy comoda, busca hacer el menor esfuerzo, lo mas fácil y eso es tirar la basura donde el resto tira la basura irrespetando horarios de recolección. Mientras la mentalidad de estas personas no cambie siempre vamos a ver este tipo de escenarios en diferentes sectores de la urbe. En todo caso creo que se debe trabajar más en educación concientizando a los niños desde las escuelas a ser mejores ciudadanos de hoy.
ResponderEliminarEsa esquina demuestra el poco y nulo amor propio que tenemos los guayaquileños por nuestra ciudad, por nuestro suelo. Da a relucir la falta de educación y buenas costumbres que hacen de nuestra sociedad una manada de salvajes sin ley ni orden alguno llenos todos de un egoísmo enorme, una comodidad absoluta y una falta de respeto a todo otro conciudadano. El problema no es la ley ni la propiedad, la raiz es que somos egoístas y cómodos que no sólo limpiamos nuestra habitación (y eso es) sino que ensuciamos y destruimos lo ajeno.
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