Tomada del
Diario El Universo - 18 de marzo, 2020
Mientras los precios reflejen las condiciones por las que atraviesa el país y el mundo, en los mercados encontraremos los productos que necesitamos, caso contrario, habrá desabastecimiento generalizado.
Mientras los precios reflejen las condiciones por las que atraviesa el país y el mundo, en los mercados encontraremos los productos que necesitamos, caso contrario, habrá desabastecimiento generalizado.
Quiero empezar contándote mi querido lector,
que lo peor que puede hacer este gobierno o cualquier gobierno en este momento,
es intentar controlar los precios de la economía. Ahora te pido leas de manera desapasionada las
siguientes líneas para explicarte las razones de esta afirmación.
Los precios mi querido amigo son el
resultado, la foto del momento, la manifestación más visible de
determinadas condiciones pre existentes en el mercado. Son el mecanismo
coordinador por excelencia y el transmisor de información de las circunstancias
que acontecen en la realidad. Ellos suelen reflejar de manera dinámica, miedos,
abundancia, escasez, cambios tecnológicos, cambios en gustos y preferencias,
modas, plagas, pérdidas de interés, urgencias, expectativas, e incluso
desinformación e incertidumbre. ¿Crees que vivimos en este instante bajo las
mismas condiciones de hace uno o dos meses? La respuesta clara es no. Te pido sigas
leyendo estas líneas pues hay mucho más que contarte.
Los precios en la sociedad juegan un rol, no
son sólo un accidente o resultado del capricho empresarial o del vendedor en el
mercado de legumbres. Los precios mi querido lector, son transmisores de
información, son como el mecanismo descentralizado a través del cual se
transmite información a lo largo de toda la cadena productiva. Los precios informan,
coordinan, restringen, racionan. Nos indican a través de sus infinitas
variaciones, que sucede o está aconteciendo en los más diversos y remotos mercados,
así como en tu ciudad o pueblo vecino. Ellos expresan lo que la gente piensa o
supone con todas las deficiencias que en el componente humano subyacen.
El papel del sistema de precios en este
momento.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que
las condiciones que dieron lugar a los precios, previo al coronavirus, ya no
existen. Las condiciones de oferta y demanda anteriores para casi todo, han
cambiado dramáticamente. Para que los precios cumplan eficientemente su rol
coordinador, tienen necesariamente que cambiar. Los nuevos precios, algunos
suben, otros bajan[1], informan
que hay problemas del lado de la oferta, es decir, hay dificultades en
la provisión de bienes, que no hay insumos suficientes para producir, que no es
fácil trasladar los bienes de una ciudad a otra o incluso de una cuadra a otra,
que hay menos proveedores, que los vendedores u ofertantes tienen miedo de ir a
laborar y algunos por ello no lo hacen. También nos cuentan, que por el lado
de la demanda la gente ahora valora más tener en su hogar huevos,
leche, carne, pollo o arroz e incluso están dispuestos a pagar más, por la
incertidumbre existente, y el miedo a no tener productos para alimentarse.
Pero para
nada termina ahí la historia, déjame seguir contándote por qué razón esto es necesario.
Cuando los precios se elevan (alto ahí, no te
enfurezcas todavía) como resultado de las nuevas condiciones de oferta y
demanda, racionan y gestionan la escasez. Es decir, le indican a aquel
que está frente a la percha, la vitrina o en el mercado que no tienen
que aprovisionarse más de lo necesario, el precio alto les indica algo como ¿en
verdad lo necesitas tanto? ¿podrías sustituir la leche por ejemplo con jugo?
¿no te parece que tal vez sería mejor comprar lo que tienes entre tus manos,
una vez que la situación mejore un poco? ¿no sería más inteligente tal vez sólo
comprar una o dos unidades de este o ese bien, en lugar de 7 u 8? Es decir,
proponen prudencia, motivan la calma, y conducen a la mesura pues después de
todo este cambio en el precio (resultado de la nueva realidad) afecta nuestro
bolsillo.
Calma, calma que ya estoy percibiendo tus
angustias. El precio alto en este caso, también organiza la actividad
productiva y los incentivos necesarios para mejorar el escenario presente y
futuro, expliquémoslo mejor:
Supongamos que el precio del arroz experimenta
una leve o incluso una drástica elevación.
En ese caso, los arroceros experimentarán en condiciones normales cierta
alegría, al saber que el producto al que dedican su tiempo y esfuerzo está
recibiendo mayor atención por parte de los consumidores. Acto seguido, esto
motivará a los arroceros a realizar mayores esfuerzos por colocar arroz en los
hogares de la gente, pues ganarán más dinero por ello. Eureka! En la
consecución de este objetivo, aumentarán la oferta de arroz en los mercados, y
esto hará o logrará encaminar los precios hacia la baja. Es decir, al elevarse
el precio del arroz se generan los incentivos para que los ofertantes de arroz
acudan al rescate de los más necesitados.
Imaginemos por un momento, que los arroceros
quieren hacer lo que les da la gana, es decir subir los precios al cielo.
Listo, no es ideal pero tampoco es el fin del mundo. En ese caso, incluso aquel que no era arrocero
tendrá incentivos suficientes para llevar arroz a los mercados. En condiciones
normales, podrían existir incentivos para importar dicho bien, y surtir a los
mercados que lo necesitan. Desde luego, en este momento no hay tal normalidad,
por ello, es necesario que el mecanismo coordinador (precio) gestione la
escasez, generando los incentivos para que quienes demandamos arroz entendamos
que hay que disminuir la ración (de arroz) en el plato, y que los ofertantes
locales tengan la motivación suficiente (ganancia esperada superior) para
correr el riesgo y salir a vender.
Por cierto, si fuera verdad que ellos (los
arroceros) pueden cobrar lo que se les da la gana ¿Por qué no cobran $ 100 USD
por libra? Respuesta obvia, porque nadie les compraría. Es el contexto,
es decir, las condiciones particulares de oferta y demanda, las que generan el
precio que observamos en los mercados.
Pero ¿y qué pasa con aquellos que no tienen
para pagar precios más altos?
Vamos por partes. Si bien la pregunta es
importante y requiere una respuesta adecuada, empecemos por decir, que tener
poco dinero en el bolsillo o no tener trabajo también es el resultado de otras
condiciones pre existentes, y que requieren de hecho, otro tipo de respuesta: Más crecimiento económico, más empresas, mayor integración de la economía local
a la global, más facilidades para el emprendimiento, captación y generación de
ahorro e inversiones, y otro largo, etc.
Pero vamos a lo que vinimos. Empecemos por decir, que la información que
transmite un precio alto, promueve la conducta del ahorro y uso más eficiente
de los recursos escasos, así como estimula la provisión y oferta del bien. En
definitiva, promueve el uso racional de un recurso que ahora encontramos
relativamente escaso.
Segundo, el precio es el resultado de
condiciones siempre cambiantes. Una vez las cosas se vayan normalizando con el
paso del tiempo, los precios del futuro también expresarán parte de esa nueva
realidad. Sin embargo, por ahora lo importante es no incurrir en el equívoco de
tratar de controlar los precios, pues en ese caso, los mercados quedarían
desiertos y sin bienes para ofertar.
Es necesario decir, que en la medida en que se
permita trabajar a la gente del sector alimenticio, la situación será
llevadera. El problema se agravaría muchísimo si evitamos que ellos hagan su
trabajo, y aunque esta gestión es un problema en sí mismo, sin duda alguna no
podemos acabar una pandemia matando de hambre a los ciudadanos.
Ahora con todo este antecedente, expliquemos
que pasa si el gobierno controla los precios de los productos que “queremos”.
En este caso, el mecanismo coordinador deja de
hacer su trabajo. En lugar de gestionar e introducir incentivos para el uso más
racional del bien, cualquiera que este sea, ¡El control de precios DESCORDINA!,
su fijación es el equivalente a hacer pensar a todo el mundo, que nada,
absolutamente nada ha pasado. ¿Es esto cierto? Desde luego que no.
Si los precios no reflejan que las condiciones
han cambiado, la información que los precios transmitían a lo largo de toda la cadena
productiva no es proporcionada. Es decir, si el gobierno controla los precios y
mete presos o sanciona a quienes cobran más, quienes tendrán leche o carne son
los primeros en llegar al supermercado. Acto seguido, habrá desabastecimiento
permanente y desde luego, esto no ayuda a nadie, ni a los unos, ni a los otros.
Hagámonos las siguientes preguntas: ¿Por qué
razón ir a trabajar y exponerme a contraer el coronavirus por la misma
cantidad del dinero que recibía en el pasado? ¿No crees que ese riesgo, merece
una compensación? ¿Si quien me vende la carne, dado lo difícil que es laborar y
proveer en estas condiciones, me vende a mi (vendedor de tienda) la carne a un
precio mayor ¿Puedo yo venderla al precio de siempre?
¿Aprovecharse de la situación?
¿No hace eso el doctor al atender un enfermo y
cobrar por ayudarlo? No se me mal entienda, ahora mismo, los considero unos
héroes. Sin embargo, ¿No hace eso un abogado al defender a quien está preso?
¿No hace eso el que vende agua en el semáforo, respecto de quien tiene sed? ¿No
aprovecha de mi ignorancia en temas eléctricos el electricista? Aprovechar las
necesidades del prójimo es lo que hace posible la convivencia humana. De la
misma manera que el profesor aprovecha la necesidad de conocimientos del
alumno. Aprovechar, en pocas palabras, nos permite convivir sanamente.
Los precios no hacen el paraíso, sólo hacen su
trabajo.
Fijar los precios es el equivalente a sostener que la realidad
siempre permanece inalterada, y que los gustos y preferencias son
siempre y en todo lugar los mismos. Es sostener que la escasez, la falta de
lluvia o las inundaciones, las catástrofes o la abundancia y la buena cosecha
no tienen ninguna influencia en la realidad. Los precios expresan con sus
cambios, la existencia de abundancia o escasez. Recuerda siempre que, en
tiempos de la naranja, el precio de ésta es bajo, precisamente porque es
abundante.
No hay que tirarle la culpa al termómetro.
Al igual que si un termómetro marca 39 grados
centígrados de temperatura, la culpa no es del termómetro. La utilidad de la
información por el termómetro suministrada nos permite tomar decisiones: tratar
de bajar la temperatura y buscar la causa original de la fiebre. No hay que
molestarse con el mensajero (el precio) sino buscar alterar las razones
subyacentes (las condiciones existentes) que dan lugar al precio mencionado.
Hacer lo contrario, es el equivalente a tirar el termómetro cada vez que marca
algo que no me agrada.
Para llevar el símil al extremo, no podemos
pedirle al gobierno, que prohíba termómetros que tengan números superiores a 38
grados centígrados para registrar la temperatura, pues esto no alteraría la
realidad. Muy por el contrario, presumiblemente la empeoraría pues nos haría
tomar decisiones equivocadas.
Para ir concluyendo, si bien es cierto que los
precios son meros mensajeros de una realidad cambiante, la humanidad no sólo
depende de ellos. Hay maneras alternativas de ayudar a quien lo necesita. A lo
largo de la historia usualmente lo han hecho las iglesias, las fundaciones, las
personas de buen corazón, el voluntariado, el empresariado e incluso los
gobiernos. No es la primera vez que la humanidad se enfrenta a un desafío
importante y probablemente tampoco será la última. Sin embargo, sí puedo
decirles que estoy seguro de que juntos lo superaremos. Hoy a diferencia del
pasado, tenemos y gozamos de más y mejores herramientas y conocimientos.
En pocas palabras, si quieres desabastecimiento
general de los bienes que necesitas en casa, sólo tienes que exigir al gobierno
que controle los precios.
Pd: No hay que quejarse de las leyes de la
gravedad, lo que sí hay que hacer es entenderlas para poder volar.
Un gran abrazo, cuídate y seguimos conversando,
Joselo Andrade Rada
@JoseloAndrade
[1] En este mismo momento los precios
de los bienes que ahora no tienen mayor demanda, tienen por seguro precios más
bajos.
Entiendo tú análisis y recomendaciones por la situación tan crítica y preocupante que estamos viviendo a nivel nacional y mundial, pero se necesita mucha inteligencia y un análisis profundo de este gobierno para trabajar en equipo con los agricultores y productores para llegar a acuerdos para que los precios sean beneficiosos para ellos y para el pueblo, es peor no tener o poder comprar nada teniendo dinero por el desabastecimiento que se puede dar , hoy mismo ya estaban un poco mas elevados los precios en ciertos productos preferi comprarlos a no tenerlos, tampoco estaban exagerados
ResponderEliminarLos precios reflejan escenarios, y los mismos se ajustan en función de la realidad. Ejemplo, podrías desear vender un libra de arroz a $2 usd, pero si después de algún tiempo (incluso horas) observas que no has tenido éxito, reajustas el precio del producto ofertado. Al final te encontrarás vendiendo al precio que casi todo el mundo oferta, dependiendo del sector, lugar o momento en el que te encuentres. Gracias por tu comentario.
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