Una sencilla lección económica a la hora de analizar lo ocurrido en el país



No puede financiarse el gasto permanente del gobierno con ingresos extraordinarios


En esta ocasión mis queridos lectores, me voy a permitir hacer una reflexión sencilla pero importante a la hora de entender el escenario fiscal, que querrámoslo o no enfrenta el gobierno y que desde luego tiene solución, más sin embargo, para encontrarla primero hay que entenderla. 

Directo al grano ¿qué es aquello de gastos e ingresos permanentes?

Los gastos permanentes son por ejemplo los salarios del sector público, que tienen y deben pagarse periódicamente. En cambio, entre los ingresos extraordinarios tenemos a los montos temporales obtenidos por la elevación del precio del petróleo, o la deuda de donde quiera que esta provenga. En términos prácticos, a los gastos permanentes se los arregla de esa forma, dándoles una solución permanente.

Ahora ¿a cuenta de qué viene esto? La razón es en extremo sencilla, el gobierno tiene un déficit fiscal en el que los ingresos provenientes de sus fuentes de financiamiento, no terminan de cubrir el monto de los gastos en los que incurre. En particular sus gastos permanentes no se ven cubiertos por lo que deberían ser sus ingresos recurrentes o en nuestro caso, permanentes. Al momento, estos cuando son cubiertos (no siempre, de hecho por algo se conoce como déficit)  se financian mediante ingresos extraordinarios, es decir, temporales o contingentes. Situación que pone en riesgo la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Para subsanar el problema, esto lleva al gobierno a optar entre dos escenarios: reducir el gasto - la vía más sostenible y de fondo - o incrementar los ingresos - de manera permanente - a través de impuestos (el problema con este camino, es que independientemente del tipo de impuesto propuesto este afectaría aún más la delicada situación económica por la que atraviesa el sector productivo) o como se propuso vía eliminación de subsidios (de entre las opciones propuestas, la más acertada desde una perspectiva económica). El detalle fundamental es que ninguna vía existente tiene impacto neutro, todas tienen implicaciones y consecuencias sobre la economía y la sociedad. Y en el contexto general latinoamericano, dicho sea de paso, cualquiera sea la vía escogida, esta suele ser aprovechada por diversos actores, en este caso políticos para impulsar propósitos usualmente contrarios a los planteados por el gobierno.


En lo personal, hubiese optado por impulsar el crecimiento económico primero, cosa que es posible y existen herramientas para ello, y casi en línea recortar el gasto y el peso que ello significa sobre el sistema productivo. Para terminar estas líneas y a riesgo de no cubrir todo lo que es necesario tratar. De entre las opciones tomadas por el gobierno, subir impuestos o eliminar subsidios, por lo menos cien veces ir por la eliminación de subsidios, puesto que ésta (solución) era una reforma importante y necesaria con o sin crisis, con o sin recurrir al Fondo Monetario Internacional, dado que sencillamente promovía el sinceramiento de la economía y esto era adecuado para el país y el normal desenvolvimiento del sistema económico. Eso sí, se tenía que haber explicado mejor al país tanto las opciones existentes, como las consecuencias de la decisión. Ahí el más grave error del gobierno, junto con subestimar el poder de ciertos grupos de interés que aprovecharon la ocasión para ir a la ofensiva.


Seguimos conversando,

Joselo Andrade Rada

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