Empezaré
diciendo que uno de los problemas de fondo por los que hoy atraviesa nuestro país
es que luego de más de una década de socialismo del siglo 21, los ecuatorianos
aún no entienden lo que realmente pasó en tierra ecuatoriana. Se podría incluso
decir, que aún hoy no sabemos ¿Cómo nos metimos en este problema? ¿Cómo salir
del mismo? Y ¿en qué consiste éste? Luego, lógicamente no hay solución posible.
Por hoy, sólo quisiera decirles que parte del problema es, que a
la hora de entender nuestra realidad, lo hacemos con unos lentes que fueron
puestos delante de nosotros precisamente, para
que no entendamos nada. En esto la educación, el relato que de ella emerge
y la creación de mitos son fundamentales. Miremos un poco de que trata esto.
Comunicar es
importante
En el
presupuesto socialista (y político en general) comunicar lo es todo. Pero no
para informar, sino para que los ciudadanos interpreten la realidad de la forma
en que ellos así lo desean.
Pongamos un
ejemplo: Si bien no hay duda de que la educación es importante, en el gobierno
socialista la educación cumple otro propósito: crear mitos y adoctrinar para preservar el poder. Es a través de
los libros de texto que se cuenta la historia del país, en ellos el feriado
bancario, la noche neoliberal, y la injusticia infinita son parte de la
narrativa oficial. En estos, el socialismo es la solución a la injusticia
heredada, y además los valores fundamentales para el funcionamiento de una
sociedad son dejados de lado, y sustituidos por otros (antivalores) que a la
hora en que nos toque juzgar la realidad que nos circunda, harán que la juzguemos
en la forma en que ellos lo habían previsto.
Lamentablemente
la justicia en dichos textos expuesta, a la hora de aplicarse empobrece, o en
otras palabras, esa educación proporcionada
por ellos siembra y fabrica miseria. Situación que perpetúa el círculo vicioso.
A la hora de
interpretar la realidad política del país, para ellos, polarizar posiciones es fundamental,
es más, es propósito deliberado. La narrativa escolar se hace presente frente a
nuestro entendimiento. Es cierto que existen los buenos y los malos, no en vano
lo habíamos leído en los libros de texto, y lo conocimos a través de las aulas
de clase. En este contexto, los ricos y los medios de comunicación, por
ejemplo, son los malos, y desde luego, ellos son los buenos. Creado en un
pasado remoto la narración o relato, ahora es un mito funcional a los
propósitos socialistas. Hay que acabar con la maldad y el egoísmo, y que
casualidad, ellos son los elegidos.
Llegados a este punto me preguntarán
¿y cómo llegamos a todo esto? es decir, ¿cómo ganaron las elecciones? ¿por qué ganaron las elecciones? ¿cómo llegamos a la crisis económica y política en la que nos encontramos? y ¿cómo demonios salimos de este tan grave como complejo problema? Pues bien, creo parte de la respuesta es, llegamos al problema gracias a la creación y conveniencia de los mitos de la narrativa ecuatoriana creada precisamente, para que no entendamos nada; y en segundo lugar, entendiendo que las ideas que por ahí pululan, y se van convirtiendo "en la opinión pública generalizada" son importantes, y que salvo hagamos algo por cambiar aquellas ideas, el problema seguirá ahí por siempre en espera de una solución. Mientras tanto, el Ecuador seguirá sumido en el letargo y círculo vicioso de siempre, en el cual dicho sea de paso, seguimos según también nos lo contaron en la escuela, siendo un país muy rico y a la vez pobre.
Moraleja: Hay
que leer entre líneas, entender contextos, analizar a los actores involucrados,
escuchar varios puntos de vista, y no creer fácilmente en todo lo que se diga…
Seguimos
conversando,
Joselo Andrade Rada
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